lunes, 19 de mayo de 2008

Apreciada Agnes


Apreciada Agnes:

Te adjunto el escrito que me pediste en español, ya que mi inglés es muy pobre como para expresarme con claridad. Intentaré que algún esclavo traduzca el texto al inglés, pero no he querido demorarlo más.

Reitero mi agradecimiento por tu interés.
Un saludo muy cordial.

Dómina Zara


Carta a Agnes


La pregunta que siempre se repite en cualquier entrevista a una mistress profesional es aquella de... ¿como empezaste en la escena SM?...

Las respuestas suelen ser de dos tipos: Una la políticamente correcta, es que desde pequeñita has sido muy mandona, te has sentido superior a los hombres, has sido líder en tu grupo de amiguitas, jugabas a indios y vaqueros, a policías y ladrones, a piratas y siempre eras tu la que lo dirigías todo, los demás niños y niñas obedecían sin rechistar y veían en ti a un ser superior al que rendían pleitesía. Pasaron los años y entonces, te diste cuenta de que tu destino no era otro que el de la dominación femenina, por lo que para interpretar tu papel tan anhelado de dueña y señora de almas masculinas decidiste montar el correspondiente gabinete o "dungeon".

La no tan correcta, pero me temo que mucho más sincera en la mayoría de los casos, es aquella otra de una mujer joven, que por circunstancias de la vida se ve sola y necesitada en todos los sentidos y que descubre en el SM profesional una solución económica satisfactoria que además le evita llegar a la prostitución pura y dura.

Mi situación fue la segunda, aunque es cierto que de pequeñita era muy mandona (igual que de mayor) y que me gustaba jugar mucho más a juegos de niños que con estúpidas muñecas y disfrutaba obligando a los chiquillos de mi edad a obedecerme.

Así que con veintidós años me encuentro por primera vez en un recién inaugurado gabinete de BDSM en Barcelona, vestida con un traje escotado de cuero que aun conservo y descubriendo por primera vez en mi vida (bastante inocente hasta entonces) que señores que podían perfectamente ser mi padre por edad, se postraban ante mi para que hiciese realidad sus más ocultas fantasías.
En esa época, debo reconocer que lo que hoy me atrae y realiza, me producía entonces auténtico rechazo y hasta cierta repulsión.

Pienso ahora en las torpes sesiones que ofrecía, los tontos insultos que con voz monocorde les soltaba, intentando demostrar en todo momento una autoridad y una seguridad de la que sin duda carecía. Los malos humores y frustraciones que descargué sobre sus pobres espaldas con mi látigo y mis uñas. Y en cambio, supongo que por mi juventud, lo aceptaban todo con naturalidad y como una parte más del juego disculpaban mi ignorancia e incluso, agradecían mis excesos.

Pasaron los años y cientos de esclavos, que en cada sesión dejaron un trocito de si mismos en forma de sueños y fantasías realizadas, de ellas yo me alimentaba con avidez, aprendiendo a moverme perfectamente por ese mundo de sombras y fantasmas. Decidí entonces darle forma y nombre al personaje que me ayudaría a interpretar mejor los ocultos deseos de todas aquellas personas que venían a visitarme y me inventé a Dómina Zara, con su uniforme, su gorra, su aspecto imponente e incluso le puse una determinada mirada, entre divertida y arrogante para darle mayor credibilidad. Y ese fue mi instrumento a partir del cual levanté lo poco que tengo, mi Escuela.

Y entonces sucedió algo para mi definitivo, que me hizo cambiar totalmente. Fue hace ya doce años... un buen día llaman a mi puerta y entra un chico, en aquel momento para mi un esclavo más. Aún no se como, pero nos enamoramos locamente. (Y yo, que me había jurado a mi misma que jamás tendría una relación con un esclavo). Primero tuvimos miedo de interpretar el rol de Ama y sumiso en nuestra vida en pareja, por si pudiera deteriorar nuestra relación de alguna forma; pero los hechos son tozudos y no nos quedó más remedio que enfrentarnos a dicha situación. Hoy puedo decir que funcionó perfectamente, que se pueden separar las dos facetas y aunque en el juego él pueda ser mi esclavo, en todo lo demás es mi marido, pues así lo hemos decidido los dos.

Debo confesar que gracias a él, mi visión sobre el SM cambió totalmente, y es que al principio sólo era para mi una forma divertida de ganarme la vida, disfrutaba mucho, eso si, siendo servida y obedecida y aplicaba mi poder sin demasiadas contemplaciones, pero siempre como algo ajeno a mi, como simple espectadora privilegiada de una obra interpretada por extraños.

Fue al compartir con mi marido sus fantasías cuando descubrí lo humanas y cercanas que eran, el fondo romántico de muchas de ellas y comprendí también a valorar realmente lo que hacía, lo mucho que podía ayudar a los demás a descubrirse a si mismos, aliviarles, liberarles de tantas culpas y complejos y acompañarles en sus sueños para hacerlos realidad en la medida de mis posibilidades. También me di cuenta de lo que han tenido que sufrir en mi país, las personas con una sexualidad diferente a la convencional.

A partir de ese momento, ya no tuve bastante con permanecer encerrada en mi Escuela y me convertí durante mucho tiempo en el único testimonio público del BDSM en España y me equivoqué, vaya si me equivoqué...

He escrito decenas de artículos, he posado para un montón de fotógrafos, he contestado a todo tipo de preguntas y todo ello ha sido muchas veces tergiversado y manipulado para convertirlo simplemente en un circo. La verdad no le interesa a nadie y el BDSM no es para los medios de comunicación más que una confusa colección de perversiones y parafílias realizadas por enfermos mentales y su interés se reduce simplemente a que son un recurso magnífico para aumentar ventas a coste cero.

Lo peor es que en España, algunas revistas alternativas e incluso del mundillo SM tienen el mismo comportamiento, no quieren saber nada que se aleje de los consabidos tópicos sobre el tema y desprecian sutilmente a las mistress profesionales, salvo, naturalmente que poses gratis para ellos como modelo y aceptes humildemente tu condición de simple puta con un látigo en la mano.


Equivocaciones y malas experiencias al margen, hoy por hoy me siento muy satisfecha con lo que hago, mi trabajo me realiza y me ayuda a mantener un determinado nivel de vida, ya que sólo estoy en mi Escuela por las tardes.
Las mañanas son exclusivamente para mí, voy al gimnasio, hago deporte,
aprendo inglés, etc...
Cuido mucho mi cuerpo y su equilibrio, de mi alimentación hace ya tiempo que eliminé la carne y las grasas e intento seguir una dieta sana con mucha fibra, frutas y verduras.
Practico fitness según la agotadora tabla de ejercicios que me impone mi entrenador, no fumo y prácticamente no pruebo el alcohol.
Mis aficiones son muy sencillas, me gusta oír música, leer, ver una buena película, perderme en vacaciones por los pueblecitos de montaña... disfrutar en compañía de mis hijos, pero también salir a bailar con mi marido y nuestras amistades, viajar junto con otras parejas de gustos afines a Londres o Ámsterdam y comprar ropa fetichista en Demask, Expectatios, Paradiso o Mr B y asistir a pequeñas fiestas de código en esas u otras ciudades de Europa, coincidiendo casi siempre con buena gente, de cuya amistad me enorgullezco.

Por mi Escuela han pasado tantos esclavos en estos veinte años...
Algunos sin pena ni gloria, se fueron sin dejar rastro, otros simplemente pasaron de largo, después de comprar una hora de fantasía.
Y unos pocos no quisieron salir y se quedaron, son los más valientes y a ellos me he entregado en cuerpo y alma. Son entre otros mi esclavo alfombra Robin, que es mi secretario e informático, al que he ido puliendo de tantos miedos y complejos... Dana mi última esclava, fantástica y de una gran humanidad...
Robert, el más antiguo, muchísimos años de complicidad, el único capaz de interpretar cualquier gesto o mirada mía... Lola, C-15, Jose Mari... fieles no muchos más. Otros desaparecieron físicamente, pero no de mi corazón... Sr. Luís, Magoo. Quiero creer que también yo les he dejado a todos un trocito de mi misma. Y por supuesto mis alumnas Foxy y Ama Thais a las que tanto aprecio.

También han pasado algunos esclavos no españoles, no demasiados a pesar del turismo, ya que si se viaja en familia es difícil perderse unas horas sin que nadie lo advierta e imposible inventar una excusa que lo permita. Franceses, alemanes e ingleses, principalmente, algún italiano, un par de norteamericanos, un australiano y como anécdota exótica la visita de un ciudadano árabe ¿tal vez un príncipe?...
Respecto a los gustos, prácticamente no he detectado diferencias, mucha sumisión, castigo de todo tipo, fetichismo, bondage... quizás una mayor preferencia por el látex y los juegos de claustrofobia entre los visitantes alemanes e ingleses y por supuesto, el idioma nunca ha sido una frontera, todo el mundo se hace entender a la perfección y por la cuenta que les trae siempre saben interpretar correctamente todas mis órdenes.

Hay muchas situaciones que me gustan en una sesión; en principio prefiero al esclavo que transmite sus sentimientos que a la simple estera que aguanta estoicamente cualquier castigo. Me gusta que sientan escalofríos si les rozo la espalda con mis manos enguantadas, ver sus miradas de éxtasis, sus temblores, que griten, que se liberen...
Soy capaz de disfrutar aplicando spanking sea con fusta, bastón o látigo si el esclavo realmente me hace su cómplice, si se entrega confiando ciegamente en mi. Pero lo mismo podría decir de una sesión de disciplina del pie o de trampling.
Los límites los pacto siempre de antemano y lo único que por múltiples razones me niego a realizar es la escatología.

Mi Escuela se halla situada en un barrio céntrico de Barcelona. Son dos pequeñas viviendas unidas por una cocina. Se compone de una gran sala central con tres ambientes diferenciados; una zona de adoración, fetichismo y bondage, donde la decoración es suave con muchos detalles muy personales, otra zona está habilitada como un pequeño establo de madera para adiestramiento canino y equino y la última es la zona de castigo, con jaula, potro, cruz, cepo, equipo de suspensión, etc. y decoración muy agresiva. Saliendo de la sala principal, está la habitación de trampling y medical y posteriormente hay un camerino para transformistas. También hay una pequeña mazmorra, mi despacho privado y una reducida biblioteca y videoteca. Para hacerse una idea más aproximada nada mejor que entrar en mi web-site y visitar de forma gratuita toda la escuela en formato 3-D mediante el programa informático "Quick Time".

También produzco y dirijo mi espectáculo "Fetish Café", donde escenificamos pequeñas fantasías fetichistas en directo, haciendo cómplice al espectador.

Mis proyectos de futuro son entre otros poder seguir aportando mi granito de arena, para conseguir que el SM en España sea una opción sexual tan respetable como cualquier otra, haciendo caer de paso los tópicos que tanto daño nos han hecho y demostrando desde el respeto más absoluto que somos una parte de la ciudadanía de este país y que tenemos todo el derecho a ejercer con normalidad nuestra libertad más íntima.
Por ello, he aceptado asistir a múltiples debates y conferencias, también en el ámbito universitario, para dar a conocer otra versión del BDSM.
Dómina Zara.


A LETTER TO AGNES

The most recurring question in any interview to a pro dom is: ...how did you start in the SM scene?

The answers are usually of two different kinds: one is the 'politically correct': you were very bossy as a child, always felt superior to boys, were the leader of your group of friends, played cowboys and indians, cops and thieves, pirates... and you were always on top, the other kids obeyed you madly and saw you as a superior being whom they duly worshipped. Years went on and you realised that you were destined to female dominance, so you set up your dungeon in order to fulfill your role as an owner and ruler of male souls.
The not so correct one but, I'm afraid, most sincere in the majority of cases is that of a young woman who is left alone and stranded by life circumstances and finds a satifactory economical solution to her problems in pro SM, which, in addition, keeps her away from sheer, plain prostitution.
Mi situation was the second one, although I can truly say that I was very bossy as a child (as much as I am now), I usually prefered boys' games to stupid dolls and I liked making boys my age obey me.

So at twenty-two I found myself in a newly opened BDSM place in Barcelona, clad in a cleavaged leather dress which I still keep and finding out for the first time in my life (pretty innocent to that date) that gentlemen my father's age kneeled before me so that I could make their darkest fantasies come true.
At that time, I must admit that I rejected and even found disgusting those things which I now enjoy and relish.
Now I think about the clumsy sessions I offered, those silly names which I uttered in a monotonous voice, to try and show at all times the authority and self-confidence which I surely lacked. How many frustrations and moods did I discharge on their hopeless backs with my whip and my nails. Nevertheless, I suppose because of my youth, they took everything naturally as a part of the game, forgave my ignorance and even appreciated my excesses.

Years went by and hundreds of slaves left a piece of them in every session, in the shape of dreams and fantasies fulfilled. I avidly fed on them, learning to move perfectly in that world of ghosts and shadows. I decided to create and name the character which would help me better understand the hidden dreams of all those people who came to visit me, so I invented Domina Zara, with her uniform, her peaked cap, her impressive demeanour and even that special look in her eyes, half arrogant half amused, which I made up to give her credibility. And with that tool I built my small posession, my School.

And then something happened which changed my life completely. That was twelve years ago... a call at my door and a young man came in, at that moment just another slave. I don't know how but we fell madly for each other (although I had sworn I would never have a relationship with a slave). At first we feared to perform the dominant and submissive roles in our sex life, in case that could damage our personal relationship, but reality is stubborn and we couldn't help but facing the situation. Now I can say it worked. Private and public roles can be kept apart and, although he is my slave at play, he is my husband at everything else, for that's what we have agreed.
I must confess that my opinion on SM changed completely because of him. At first it was just an amusing way to earn a living. I certainly enjoyed being served and obeyed and my rule was strongly implemented, but it was always something alien to me. I was the privileged audience of a show performed by strangersSharing my husband's fantasies, I found out how close and human they were, as well as the romantic origin of many of them. I also came to really value what I did, how much I could help other people understand themselves, relieve them, free them from guilt and remorse, accompany their dreams and make them come true according to my possibilities. I also realised that people with an alternative sexuality have suffered a lot in my country.

From that moment, it wasn't enough for me to stay in my School and for a lonng time I became the only public voice of BDSM in Spain and It was a mistake to do so, a real blunder.I have written dozens of articles, posed for a million photographs, answered all sorts of questions and they all have often been misreported and manipulated to make it look like a circus. Nobody is interested in truth and for the (Spanish) media BDSM is nothing but a confusing collection of perversions and kinks enjoyed by sickos. Their interest boils down to being a good way to raise sales at zero cost.The worst of all is that in Spain some alternative, or even SM, magazines have the same approach. They don't want to know anything except the typical, well-trodden commonplaces. They ignore and subtly despise pro doms, unless, of course, you pose as a model for them for free and humbly accept your condition of whip-wielding whore.Mistakes and mishaps aside, nowadays I feel very satisfied with what I do, fulfilled by my job, which allows me to have a comfortable way of life, as I am only at School in the afternoons.
I keep mornings to myself: I go to a fitness centre, take some sport, learn English...
I care a lot about my body and health. I quit meat and fats a long time ago and I try to follow a healthy diet of fruit, vegetables and fibre.
I take fitness and follow the exhausting exercise routine that my trainer puts on me. I don't smoke and hardly drink any alcohol.
My hobbies are quite simple: I like listening to music, reading, watching a good film, going on holidays to small god-forsaken country villages... enjoying my children's company, but also going out to dance with my husband and some friends, traveling with other like-minded couples to London or Amsterdam and shopping for fetish clothes in DeMask, Expectations, Paradiso or Mr. B, attending small dresscode parties around Europe, always meeting good people whose friendship I am proud of. So many slaves have been to my School in these twenty years...
Some left unnoticed, without a trace, others simply went away after purchasing an hour's fantasy.
A few didn't want to leave, so they stayed. They are the bravest and to them I am devoted. Among others, my slaverug Robin, who is also my secretary and computer technician and whom I have been cleaning from so many fears and issues... Dana my latest slave, fantastic and sensible... Robert, the oldest, with so many years of complicity, the only one who can understand each of my gestures and looks..., Lola, C-15, José Mari... the loyal ones. Others passed away, but not from my heart... Sr. Luis, Magoo. I want to believe that I have also left them a little bit of myself. And, of course, my pupils Foxy and Domina Thais, whom I love so much.There have also been some foreign slaves, not many in spite of tourism. If you travel with your family It is difficult to get lost and unnoticed for a couple of hours without a reasonable excuse. Mostly French, German and English, some Italians, a couple of Americans, an Australian and the exotic visit of an Arab citizen, maybe a prince...?
I cannot tell many differences in their tastes: submission, all kinds of punishment, fetishism, bondage... Maybe a bigger preference for latex and claustrophobic games in German and English visitors. Of course, language has never been a problem. Everybody can easily make themselves understood and for their own sake they can always interpret my orders correctly.
There are many situations I enjoy in a session: in principle I prefer a slave who shows his feelings to the simple 'rug' who stoically stands every punishment which is inflicted upon him. I like them to feel the shivers when I touch their back with my gloved hands, their ecstatic look, their shaking, shouting, freeing themselves...I can enjoy cropping, caning or whipping if the slave really gets me into it, trusting me blindly and abandoning himself to it. I could say the same about a foot discipline or trampling session.
I always agree the limits beforehand and the only thing which for many reasons I won't do is coprophilia.
My School is in central Barcelona. It is two small flats linked together by a kitchen. It has a big central room with three different atmospheres: a worship, fetishism and bondage area, where the decoration is soft with many personal details of mine, another area is equipped as a small stable for dog and pony training and the last one is the punishment area, with cage, cross, pillory, suspension set, etc... and an aggressive decoration. Going out of the main room you find the trampling and medical room and further on a dressing room for transvestites. There is also a small dungeon, my private office and a small library with books, magazines and videos. To have a better idea, the best you can do is enter my website and visit all the school in 3D for free through the 'Quick Time' programme

I also produce and direct my show 'Fetish Café', where we perform short live fetish fantasies which intend the audience complicity.

My future projects are many, but mostly to go on trying to make SM in Spain a sexual option as respectable as any other, fighting against those commonplace opinions which harm us so much and showing with the utmost respect that we are a part of this country's population and so we have the same right to normally enjoy our personal, intimate freedom.

That's why I have agreed to attend many debates and chats, even at a university level, to publicize another, less ignorant version of BDSM.

Dómina Zara

No hay comentarios: